Thursday, March 1, 2007

Meigas

Pongo en duda la popular frase “yo no creo en las meigas, pero haberlas haylas” ya que me parece que no deja de ser una leyenda bien arraigada en la tradición popular.
Ahora bien, de la existencia de brujas no tengo la más mínima duda. Es más, conozco unas cuantas que pululan por ahí y que sin llevar escoba ni verruga en la nariz, van maquinando estrategias y sembrando chismes e injurias por doquier.
No usan saliva de gato, lágrima de cocodrilo ni ojos de lagarto para hacer sus hechizos, porque basta con que le digas algo que no quieren escuchar para esparcir sus vilezas con una lengua viperina que no le gana ni el mejor guión del personaje malvado de una telenovela.
Son vidas vacías, en las que las habladurías y el más puro cotilleo hacen de amalgama para rellenar esos huecos de una existencia sin aliciente.
Parece que tienen además su sexto sentido para escoger a sus víctimas objeto de enjuiciamiento y son como una de esas lluvias que te calan al momento sin haberte dado tiempo a escapar de ella.
Bien es cierto que todos tenemos una pizca de cotillas en un momento dado, empezando por mí que estoy juzgando el modo de vida de otros en estos momentos. Pero me refiero a aquellos que hacen del chismorreo su máxima, como un entretenimiento o diversión y no por ejemplo a aquellos para los que es su medio de vida, como críticos de cine o periodistas de la prensa rosa (ese sería otro tema para criticar).
Por eso hoy me doy el lujo de decir que :” Criticón que critica a criticón, tiene cien años de perdón”.

Dibujito de Malatesta de una meiga regalito de Mizerable.

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